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Estudio de caso: Emulsionante de dispersión por cizallamiento mejora la eficiencia de producción de salsa para un fabricante de alimentos

2025-11-15

Estudio de caso: El emulsionador de dispersión por cizallamiento mejora la eficiencia de producción de salsa para un fabricante de alimentos
En la industria de procesamiento de alimentos, la textura del producto, la vida útil y la escalabilidad de la producción son fundamentales para satisfacer las expectativas de los consumidores y las demandas minoristas. Un fabricante regional de alimentos especializado en salsas saladas, incluidas salsa de tomate, salsa barbacoa y salsas cremosas a base de queso, enfrentó desafíos persistentes en sus procesos de mezcla y emulsificación. Estos problemas no solo afectaron la calidad del producto, sino que también limitaron la capacidad de la empresa para expandir su alcance en el mercado. Este estudio de caso explora cómo la adopción de un emulsionador de dispersión por cizallamiento resolvió estos puntos débiles y apoyó el crecimiento del fabricante.
Antecedentes: Los puntos débiles de producción del fabricante
Durante más de una década, el fabricante confió en una mezcladora de cinta convencional para mezclar los ingredientes de la salsa. Si bien este equipo funcionaba para formulaciones básicas (por ejemplo, salsa de tomate simple con pocos aditivos), tuvo dificultades a medida que la empresa expandió su línea de productos para incluir salsas más complejas, como una salsa cremosa de ajo y parmesano (con cuajada de queso y aceite) y una salsa barbacoa picante (con hojuelas de chile trituradas y agentes espesantes).
Los desafíos clave que enfrentó el fabricante fueron tres:
  1. Mala textura y consistencia
La mezcla a baja velocidad de la mezcladora de cinta (máx. 300 rpm) no logró descomponer por completo los ingredientes sólidos y emulsionar las mezclas de aceite y agua. Para la salsa cremosa de parmesano, esto resultó en grumos de queso visibles y una distribución desigual del aceite: algunos frascos tenían una capa grasosa en la parte superior, mientras que otros eran demasiado espesos. Para la salsa barbacoa, las hojuelas de chile trituradas permanecieron parcialmente intactas, creando una textura arenosa de la que los consumidores se quejaban con frecuencia. La calidad inconsistente condujo a una tasa de devolución de productos del 12%, lo que dañó la reputación de la marca.
  1. Tiempos de entrega de producción prolongados
Para mejorar la textura, el fabricante agregó pasos manuales al proceso: después de mezclar, los operadores usaron una licuadora de inmersión manual para romper los grumos y luego colaron la salsa a través de un tamiz fino para eliminar las partículas sin procesar. Para un lote de 200L de salsa cremosa de parmesano, estos pasos adicionales agregaron 2,5 horas al ciclo de producción, extendiendo el tiempo total de procesamiento de 3 horas a 5,5 horas. Con una capacidad diaria de solo 4 lotes, el fabricante a menudo no cumplía con los plazos de entrega de los pedidos minoristas grandes.
  1. Altos costos de desperdicio y operativos
El paso de colado manual generó un desperdicio significativo: aproximadamente el 8–10% de cada lote de salsa se desechó como residuo (por ejemplo, cuajada de queso o hojuelas de chile sin mezclar). Durante un mes, esto se tradujo en aproximadamente 300 kg de ingredientes desperdiciados, lo que le costó a la empresa más de
800–$1,000 en costos de reparación mensuales.
La solución: Invertir en un emulsionador de dispersión por cizallamiento
Después de investigar las tecnologías de mezcla adaptadas a las aplicaciones alimentarias, el fabricante evaluó tres tipos de equipos: mezcladores de alto cizallamiento, molinos coloidales y emulsionadores de dispersión por cizallamiento. Después de las pruebas in situ con pequeños lotes (50L) de sus salsas más problemáticas, el fabricante eligió un emulsionador de dispersión por cizallamiento de grado alimenticio por tres razones clave: su capacidad para manejar tanto la descomposición de partículas sólidas como la emulsificación de aceite y agua, su cumplimiento de las normas de seguridad alimentaria (Certificación Sanitaria 3A) y su compatibilidad con los tanques de acero inoxidable de 200L y 500L existentes del fabricante.
Las características clave del emulsionador de dispersión por cizallamiento seleccionado incluyeron:
  • Un diseño de rotor-estator de doble etapa (con una zona de cizallamiento primaria para la reducción de partículas y una zona secundaria para la emulsificación) capaz de velocidades de hasta 10,000 rpm.
  • Construcción sanitaria: Todas las partes en contacto con los alimentos estaban hechas de acero inoxidable 316L, con superficies lisas y sin grietas para evitar el crecimiento bacteriano y facilitar la limpieza.
  • Un variador de frecuencia (VFD) que permitía a los operadores ajustar la intensidad del cizallamiento, fundamental para cambiar entre salsas espesas y cremosas y salsas más delgadas a base de partículas.
Implementación: Integración del emulsionador en la producción de salsa
El proceso de integración tomó dos semanas, incluida la instalación del equipo, la validación de la sanitización (para cumplir con los requisitos de seguridad alimentaria) y la capacitación de los equipos de producción. El fabricante primero probó el emulsionador con su salsa cremosa de ajo y parmesano, un producto que anteriormente había requerido la mayor intervención manual, antes de expandir su uso a otras salsas.
El flujo de producción revisado para la salsa cremosa de parmesano fue el siguiente:
  1. Preparación de ingredientes: Se midieron y agregaron cuajada de queso (pre-suavizada), aceite vegetal, puré de ajo, sal y estabilizadores al tanque de 200L.
  1. Pre-mezcla: Se activó la paleta auxiliar de baja velocidad del emulsionador (200 rpm) para mezclar suavemente los ingredientes secos y líquidos, evitando la aglomeración de la cuajada de queso.
  1. Emulsificación de alto cizallamiento: Se encendió el sistema principal de rotor-estator, con una velocidad que aumentó gradualmente a 6,500 rpm. El emulsionador funcionó durante 30 minutos, durante los cuales el VFD ajustó automáticamente la velocidad para mantener una temperatura constante (55 °C, óptima para derretir el queso sin quemarlo).
  1. Verificación de calidad: Se recogió una muestra a través de la válvula de muestreo sanitaria del emulsionador para verificar si había grumos y separación de aceite. No se necesitó colado manual, ya que la fuerza de cizallamiento había dispersado por completo la cuajada de queso y emulsionado el aceite.
  1. Enfriamiento y envasado: La salsa se enfrió a 25 °C utilizando el sistema de enfriamiento con camisa del tanque, luego se bombeó directamente a la línea de envasado, eliminando la necesidad de almacenamiento intermedio.
Resultados: Mejoras tangibles en calidad, eficiencia y costos
En seis semanas de usar el emulsionador de dispersión por cizallamiento, el fabricante vio mejoras dramáticas en todas las métricas clave:
1. Textura consistente y de alta calidad
El proceso de alto cizallamiento eliminó los grumos en la salsa cremosa de parmesano y descompuso por completo las hojuelas de chile en la salsa barbacoa. Las encuestas de retroalimentación de los consumidores mostraron una calificación positiva del 90% para la “textura” (frente al 65% anterior), y la tasa de devolución del producto se redujo del 12% al 1,5%. Las pruebas de estabilidad también confirmaron que las salsas ya no se separaban: la salsa cremosa de parmesano mantuvo una consistencia uniforme durante 9 meses (frente a los 6 meses con el sistema anterior), lo que prolongó la vida útil y redujo el desperdicio de productos caducados.
2. Ciclos de producción más rápidos
El tiempo total de procesamiento para un lote de 200L de salsa cremosa de parmesano disminuyó de 5,5 horas a 1,75 horas (una reducción del 68%). La capacidad diaria del fabricante aumentó de 4 lotes a 10 lotes, lo que le permitió cumplir con los pedidos grandes a tiempo. Por ejemplo, un pedido minorista de 2.000L de salsa barbacoa, que habría tardado 5 días en producirse con la mezcladora de cinta, se completó en 2 días, lo que permitió a la empresa asegurar un nuevo contrato anual con una cadena de supermercados regional.
3. Reducción de residuos y menores costos operativos
Los residuos de ingredientes sin procesar cayeron del 8–10% a menos del 2%, lo que le ahorró al fabricante aproximadamente